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20º ANIVERSARIO DE SHUGYO DOJO

Les quiero comentar que este 2021 ha sido un año y sigue siendo aun, muy intenso, en lo político, lo social, en la salud y en las nuevas oportunidades, de todas maneras un antes y un después. Una de las cosas más impresionantes es que nuestro dojo ha cumplido 20 años y por la pandemia ha pasado desapercibido, pero es un laaaaargo camino desde que fundamos SHUGYO DOJO. Shugyo significa trabajo austero, estudio austero, sin un objetivo de sobresalir o generar riquezas, pero que de tanto hacer se puede transformar en una compresión, o un pequeño logro, como dice nuestro Kanji del shomen "sessa taku ma" entrenar y entrenar mucho antes de comprender algo. Han pasado no cientos, miles de personas por nuestras salas en las distintas ubicaciones y sin duda alguna a todos nos ha marcado de una u otra forma. Hoy en día y con la colaboración de todos, los senseis y en particular de Samyak luki luciano, estamos logrando encausar el semillero hacia las clases de jóvenes y principiantes, quienes cuando en muchos años más nosotros estemos viejos o bajo tierra continuarán la labor de perpetuar nuestros Budos, de corazón a corazón con nuevas generaciones. Mención especial es que sin nuestra socia estratégica y jefa absoluta Romina Klosewicz esto jamás hubiera ocurrido porque yo personalmente había decidido no abrir formalmente otro dojo, nadie pensaba que podía llegar el factor Coralie. Si están de acuerdo tal vez sería lindo celebrar nuestra avanzada edad como escuela donde nos encontramos a veces mucho más frecuentemente que con nuestros familiares. Como dice el tango “20 años son nada” pero día a día nos da el impulso para vivir mejor, más felices y enfrentar la adversidad con fortaleza, a veces la frustración nos vence pero siempre hay algún compañero o compañera que nos apoya, nos escucha o simplemente nos acompaña. Yo he vivido muchas alegrías y muchísimos dolores profundos en estos 31 años de estudio de artes marciales, he querido quedarme acostado pero el entrenamiento me ha ayudado como un salvavidas, como ahora lo hace en mi condición de salud. ¡Celebremos la amistad, el entrenamiento, los años que vendrán, la vida, por los compañeros que murieron, los que se conocieron en el tatami, los que se separaron, los niños y niñas que nacieron! Un abrazo de agradecimiento por permitirme tener un motivo de vida que me ayuda a darle un sentido al misterio de la existencia. Fernando Saa.

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